Un viernes de luna nueva antes de las 12 de la noche, preferiblemente al caer el sol, se debe guardar dentro de un pequeño saco de seda roja una piedra encontrada en la calle, un imán, una moneda de muy poco valor y un clavo hallado en la calle.
El saquito se cierra con un cordel rojo.
Debe ser llevado siempre en un bolso o bolsillo, ya que su valor talismánico sólo funciona estando cerca de la persona que lo ha confeccionado y lo reconoce como suyo.
Su alto poder se concentra en asegurar la suerte y la dicha. Se dice que quien lo lleva no conoce el sabor de las lágrimas.
Fuente: "El Extraordinario Poder de Amuletos y Talismanes" de Victor Salsedo.