El
color rojo incita al cuerpo físico a responder con acciones directas. La fuerza, la
valentía, la tenacidad, el vigor y la sexualidad son atributos estrechamente relacionadas con este color. Puede ser extremadamente vivificante y estimulante, y puede servir para superar la
inactividad, la depresión, el miedo o la melancolía. Es de gran ayuda para
aquello que tienen miedo a la vida y son propensos a sentir ganas de salir
huyendo. El rojo es poder. Es dinámico y tenaz. Es el color de la
adrenalina, del fuego, del entusiasmo y del impulso. Es energía física. Es
apasionado, intrépido y excitante. Proporciona la energía y la motivación
necesarias para alcanzar y lograr las metas que uno se propone. El rojo es un
color “de acción”. Es un color que parece decir “¡hazlo ahora!”.
El
rojo no es el color más aconsejable para un dormitorio, porque resulta difícil
descansar con este color tan estimulante. No obstante, tu deseo carnal puede
incrementarse en un dormitorio de dicho color. Un comedor rojo estimula el
apetito, por lo que si estás haciendo régimen no es el color más apropiado. En
una habitación destinada al trabajo o a hacer ejercicio, o incluso en una sala
de estar, el rojo favorece el movimiento y la actividad. Si eres una persona
poco resolutiva o te encuentras en un momento pasivo de tu vida, pinta una
paredes de color rojo (utiliza el color carmesí, escarlata o incluso un rojo
subido o de orín en vez de un granate oscuro o tirando a marrón), y…¡prepárate
para despegar!
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